Las lesiones en las articulaciones del cuerpo son consecuencia de un proceso degenerativo, que en promedio se padece después de los 60 años de edad.
Juan Martínez Caamaño, jefe del área de Traumatología del Hospital General Regional (HGR) No. 20 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó que también en personas con sobrepeso, el desgaste es más rápido y llegan a presentar problemas a partir de los 50 años; además los niños con obesidad acuden cada vez con mayor frecuencia al médico por dolor articular temprano.
Señaló que, a mayor peso de las personas, las articulaciones se desgastan más rápido, particularmente en cadera y rodillas
Por ello, dijo, es fundamental evitar la obesidad desde la niñez y durante toda la vida, para prevenir lesiones y problemas en articulaciones desde temprana edad; además, desde el punto de vista genético, en promedio uno de cada tres mexicanos padece alguna forma de displasia de la cadera, anomalía congénita del desarrollo que puede provocar enfermedad degenerativa, factor de riesgo que se incrementa con el sobrepeso.
Recomendó para prevenir este tipo de lesiones, seguir una alimentación adecuada en los menores, con un refrigerio balanceado con frutas y verduras, evitar en lo posible alimentos chatarra y refrescos, y practicar actividad física por lo menos 30 minutos al día.
El doctor Martínez Caamaño destacó que el mejor ejercicio para que los niños mantengan sanas y flexibles sus articulaciones es la calistenia: estiramiento, caminar, trotar, correr, saltar, así como practicar futbol, basquetbol, voleibol y gimnasia.
Para los hombres, mujeres y adultos mayores, particularmente los que ya tienen desgaste o daño articular, es recomendable acudir a los Centros de Seguridad Social donde hay diversas actividades como yoga, tai chi y natación.
El jefe de Traumatología del HGR No. 20 aclaró que ningún fármaco o pomada tienen la capacidad de regenerar cartílago, por lo que es indispensable que, ante episodios de molestia o dolor en las articulaciones, se evite la automedicación y se acuda con el médico familiar, quien puede iniciar el tratamiento o enviar a segundo nivel para recibir tratamiento especializado.
