Esta cuestión clave en la lucha contra la pandemia sigue sin una respuesta definitiva, aunque los científicos confían en probar que la inmunidad al virus sea de al menos varios meses.
“Estar inmunizado significa haber desarrollado una respuesta inmunitaria al virus que permite eliminarlo. Y como esta respuesta tiene una memoria, previene así futuras infecciones”, explica Eric Vivier, profesor de inmunología de la Asistencia Pública de los Hospitales de Marsella (sureste francés).
En general, para luchar contra los virus tipo ARN como el SARS-CoV-2 “se requieren unas tres semanas para producir una cantidad suficiente de anticuerpos”, que protegen del virus durante varios meses, asegura.
Pero esto es la teoría: todavía es demasiado temprano para determinar si sucede lo mismo con el nuevo coronavirus.
“Solo podemos extrapolarlo a partir de otros coronavirus e incluso los datos son limitados respecto a estos”, admite Mike Ryan, director de programas de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Durante el SRAS, que dejó casi 800 muertos en el mundo en 2002-2003, los enfermos curados estuvieron protegidos “durante un promedio de dos a tres años”, indica a la AFP el doctor François Balloux, del University College de Londres.
Por lo tanto, “es posible volverse a contagiar, pero la cuestión es ¿después de cuánto tiempo? Lo sabremos de manera retroactiva”, prevé Balloux.
Casos en Corea del Sur
Un estudio chino reciente, no evaluado por otros científicos, mostró que un grupo de macacos infectados con el virus y curados no habían podido ser de nuevo contagiados.
Pero “esto no nos dice nada” acerca de la duración de la inmunidad, estima Frédéric Tangy, investigador del Instituto Pasteur de Francia, puesto que la observación se realizó en un periodo corto de un mes.
En este contexto, el hecho de que en algunos países asiáticos, en particular en Corea del Sur, se informara de varios pacientes curados que habían vuelto a dar positivo plantea muchos interrogantes.
Aunque varios expertos estiman que podría tratarse de un segundo contagio, todos ellos creen que lo más probable es que haya otra explicación.
Por ejemplo, en algunos casos el virus podría no desaparecer e infectar de “forma crónica”, como el virus del herpes, que puede permanecer dormido y asintomático durante un tiempo, según Balloux.
Además, como los tests no son fiables al 100%, podría tratarse de un falso negativo y que el paciente no se hubiera librado en realidad del virus. Pero esto “sugeriría que la gente sigue siendo infecciosa durante mucho tiempo, varias semanas. No es lo ideal”, afirma.