LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Benjamín M. Ramírez
Septiembre, sus temblores y su patriotismo anacrónico o el voto bajo el agua.
No pudo ser de otra manera.
Las inundaciones, el movimiento telúrico y las luces en el cielo han despertado la curiosidad de propios y extraños. Algunas publicaciones en redes sociales, de forma atrevida, acusan estos signos de los tiempos a la despenalización del aborto en todo el país, y lo consideran un mensaje divino, un castigo, una advertencia, los primeros jinetes del apocalipsis, pero lo cierto es que tembló, y fuerte.
Aunque estoy en contra de la aprobación del aborto considero que tomar una opción de esta naturaleza queda bajo la estricta libertad y libre albedrío de cada individuo, puesto que Dios nos ha dado esa libertad desde la creación del ser humano, para tomar las decisiones que creamos convenientes asumiendo la responsabilidad en cada paso que damos. El hecho de que la ley lo considere legal y cuente con la aprobación de una mayoría, que hoy celebra la decisión de los magistrados, no quiere decir que sea bueno, único o verdadero.
Independientemente de la polarización que desatará entre quienes defienden la vida desde su concepción y los que lucharon por la despenalización del aborto considero que la decisión que involucra los derechos de un tercero debe ser tomada cuando ya se agotaron todas las opciones que permita al nonato tener una sola oportunidad para nacer. No considero justo criminalizar a un inocente imponiéndole la pena de muerte, sin derecho a la justa defensa o contar con la representación legal garantizado por el Estado.
Así que bajo esta perspectiva el aborto debe ser pensado desde los derechos del no nacido y no como la primera opción frente a una irresponsabilidad o descuido. El embarazo no es un producto accidental o fortuito. Y, partir de esta observación, la educación sexual en los centros educativos debería tener como misión educar desde la responsabilidad y la libertad, impulsar la política de la prevención, simplificar el proceso de adopción y brindar opciones reales a las mujeres embarazadas.
Desentrañar temas tabús, desalentar el complejo de culpa e inculcar el respeto a la vida debe ser una tarea pendiente para todos.
En otro orden de ideas, el golpe de las inundaciones a comunidades, poblaciones y ciudades, en el Estado de México e Hidalgo, han puesto al descubierto la irresponsabilidad en los procesos de prevención y anticipación de daños por estos fenómenos meteorológicos.
En cuestión de horas muchas familias y sus domicilios fueron afectadas por la anegación de las aguas, incluso por aguas negras. Si se tuviera en cuenta el desazolve de los colectores pluviales y el sistema de albañal, la recolección apropiada de la basura y el mantenimiento preventivo de los cauces de arroyos y ríos, la historia sería diferente. Hasta el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, tuvo que navegar entre la inmundicia, al zozobrar la endeble embarcación mientras recorría las zonas inundadas del municipio de Tula, mismo lugar donde murieron 16 pacientes de un hospital del IMSS, tras la inundación del nosocomio a causa del desbordamiento del río Tula.
Me pregunto si los ciudadanos de las zonas afectadas podrán exigir a sus gobernantes el pago de daños ante la falta de una responsabilidad administrativa según lo contemplado en el artículo 108 constitucional. Quizá ya sea hora de impedir que los votos sean anegados y arrastrados por la lluvia, así como la esperanza, los bienes y años de trabajo.
Y septiembre no deja de sorprendernos. Hace exactamente cuatro años, en este mismo día 07, se registró un movimiento telúrico que afectó a diversas poblaciones en el sur del país. Tal parece que la historia se repite, que la desgracia presenta características cíclicas.
Hasta el momento, los primeros reportes, incluso los brindados por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, no reportan daños considerables, víctimas mortales, aunque algunos medios manejan una persona fallecida a causa del sismo. El jefe del ejecutivo confirmó que no hay daños graves, ni en la Ciudad de México, Puebla o Guerrero, según lo confirmado por los gobernadores de esas entidades y por el propio General Secretario de la Defensa Nacional. Sin embargo, algunos datos pueden variar en el transcurso de las próximas 72 horas en un nuevo recuento de los daños.
Que sea septiembre el mes de los sismos, de la solidaridad y del patriotismo, pero no del patriotismo anacrónico que sólo enrarece y polariza, que sea un patriotismo comprometido con las causas más nobles y altruistas, que nos rescate del sometimiento, del yugo y la sumisión al imperialismo rancio y decadente.
En otro asunto, quiero felicitar al Sindicato de Profesores del Colegio de Bachilleres del Estado de Baja California, bajo el liderazgo del ingeniero Eric Garibo Cárdenas, por el cumplimiento del cuadragésimo aniversario de su fundación, y del segundo año de gestión de una representación sindical que antepone en las negociaciones los derechos de la base magisterial.
Prueba de lo anterior es el logro obtenido por la actual administración del ingeniero Eric Garibo que beneficia a muchos docentes que fueron promovidos de categoría, según los acuerdos signados entre la parte patronal y el SPCOBACH, bajo el apego irrestricto de la ley y lineamientos de la USICAMM.
Desde estas líneas le deseo el mayor de los éxitos al gremio magisterial, a la base de profesores del SPCOBACH, supongo que habrá tiempos mejores para los festejos del 40 aniversario y a la dirigencia encabezada por el ingeniero Eric Garibo Cárdenas, para que sigan trabajando en beneficio y defensa de los derechos de los profesores sindicalizados que redundará en una mejor calidad en el servicio de la educación, a los jóvenes y, en general, de la sociedad de Baja California.
Por último, y como conclusión, refrendo mi apoyo irrestricto a la comunidad del Instituto Politécnico Nacional en su lucha en contra de la intromisión de intereses ajenos y que viola la normatividad interna que rige a esta emblemática institución nacional.
¡No a la autonomía del IPN! ¡Sí al paro general!
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