Quienes viven con mascotas saben que tanto gatos como perros se pueden dividir entre quienes adoran irse de viaje y quienes se horrorizan cuando ven una maleta por casa. Nuestros amigos más peludos también tienen sentimientos y, como nosotros, los hay más aventureros que otros.
Es el caso de Candy, el gatito de Nick y Voirrey Coole, que es de ese grupo de animales a los que les encanta irse de viaje con sus dueños y, en cuanto ven una maleta abierta, se meten dentro para que no se olviden de ellos. Nick y Voirrey están acostumbrados a encontrarse al felino en los lugares más inverosímiles, pero lo que les ha ocurrido este miércoles no tiene desperdicio.
La pareja, que vive en la isla británica de Man, se iba de viaje a Nueva York para celebrar sus cumpleaños cuando el policía del aeropuerto les paró en el control de maletas. Les preguntó varias veces si su equipaje de mano era, en efecto, suyo y, cuando ambos respondieron afirmativamente, les trasladaron a una habitación apartada para revisarlo.
Un susto de muerte
Tal y como han explicado al Manchester Evening, la policía estaba confundida por lo que habían visto en el escáner. Pero cuando abrieron la maleta y vieron que su gato estaba dentro, ellos tampoco pudieron salir de su asombro: se había colado en su equipaje y quería irse de viaje con ellos, donde fuera que fuesen a ir.
Nick explicó que llevaban la maleta de mano semivacía para poder traer regalos a su vuelta y que su gato se esconde habitualmente en maletas y todo tipo de lugares extraños, pero que nunca había hecho eso (hasta ahora). La policía se lo tomó con buen humor y les permitió llamar a algunos amigos para que se pudieran hacer cargo del minino y tuvieran tiempo de coger su vuelo hacia la Gran Manzana.
En su cuenta de Facebook, Nick lo ha explicado así: “Conoces esa sensación, cuando te llevan a una habitación lateral en la seguridad del aeropuerto porque tienes un gato en tu equipaje de mano (entre risas). Candy decidió colarse en nuestra maleta de mano. Gracias a Barry y Lorna por recogerla para que podamos irnos de vacaciones y a la seguridad del aeropuerto por ayudar a llevarla a casa para que podamos coger nuestro vuelo”. Candy se quedó sin vacaciones, pero seguro que estará esperando a que regresen sus dueños y le expliquen lo bonito que es Nueva York.
