El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no ha dejado lugar a dudas. Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante El Chapo Guzmán, fue detenido y, posteriormente, liberado después de que las autoridades se vieran desbordadas ante el poder de los criminales. “Estaban en riesgo muchos ciudadanos, muchas personas, muchos seres humanos. Se decidió proteger la vida de las personas y yo estuve de acuerdo con eso”, ha argumentado el mandatario este viernes durante su conferencia mañanera. La retirada de los cuerpos de seguridad abortó la detención planeada del narcotraficante, que oficialmente se ha reconocido como “fallida, deficiente e improvisada”.
López Obrador ha puesto fin a horas de conjeturas sobre lo que ocurrió con el hijo de El Chapo en Culiacán durante la tarde del jueves, horas en las que los enfrentamientos entre militares y criminales sembraron el caos y el terror en la capital de Sinaloa. Aún hay muchos interrogantes sobre el relato de lo ocurrido, pero el mandatario ha admitido que fue el gabinete de seguridad —los principales mandos militares y el secretario de Seguridad Pública— quien tomó la decisión de liberar a Ovidio Guzmán “Yo avalé esa decisión porque se tornó muy difícil la situación”, ha incidido López Obrador.
“No se trata de masacres, ya eso terminó”, ha justificado el presidente de México. “La decisión se tomó para proteger a los ciudadanos. No se puede apagar el fuego con el fuego”, ha argumentado López Obrador, para quien su decisión describe “la diferencia de esta estrategia con la de otros gobiernos”. “No queremos muertos, no queremos la guerra. Esto les cuesta trabajo entenderlo a muchos. La anterior estrategia convirtió al país en un cementerio, lo he dicho una y mil veces. Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”, ha insistido López Obrador, para quien esto no implica fragilidad del Estado. “No hay impunidad porque no hay contubernio entre delincuencia y autoridades”. “Sobre si se demostró debilidad del Estado es más que nada una conjetura de los expertos, sobre todo de nuestros adversarios. Los conservadores no van a estar contentos con nada”.
El secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo y el General Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, han reconocido que el operativo para detener a Octavio Guzmán resultó “fallido, deficiente e improvisado”. Esa palabras rectificaban las pronunciadas horas antes, la noche del jueves, cuando Durazo informó de que una patrulla de la Guardia Nacional, integrada por unos 30 miembros, realizaba un patrullaje de rutina en la zona de Tres Ríos, en Culiacán, cuando, en torno a las 14.45 fueron agredidos desde una vivienda. Los militares, siempre según la primera versión de Durazo, repelieron el ataque y tomaron el control de la misma. Dentro había cuatro personas. “Se identificó a uno como Ovidio Guzmán”, aseguró Durazo. Antes de publicarse el mensaje del secretario, comenzó a circular una foto de Guzmán presuntamente después de su arresto.
Tras tomar el control de la casa, varios grupos la rodearon “con una fuerza mayor que la de la patrulla”, explicó Durazo. “Al mismo tiempo, otros grupos realizaron acciones violentas contra la ciudadanía en diversos puntos de la ciudad generando una situación de pánico”, incidió. Ante esta situación, el secretario aseguró que se acordó “suspender acciones” para salvaguardar a la población de Culiacán, una ciudad de 800.000 personas, sin aclarar si eso implicaba la liberación del detenido, como así fue. Ovidio Guzmán López, El ratón, es fruto del matrimonio de El Chapo Guzmán —recluido en una prisión de máxima seguridad de Estados Unidos despu