Desde Chapultepec || Por Joatam de Basabe

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Del privilegio de estudiar

Esta semana inicio el ciclo escolar 2020-2021 y con ello comienzo la odisea de padres y madres de familia, docentes y estudiantes, que aún no se acostumbran a la llamada “nueva normalidad”, misma que incluye la educación a distancia.

Hay quienes han montado toda una escuelita en sus hogares, para que sus hijos se sientan en un entorno educativo y les resulte más fácil (o menos difícil) concentrarse en sus estudios, sin que haya elementos distractores.

Para lograr eso es necesario tener una habitación destinada a convertirse en aula escolar, contar con materiales y muebles para replicar la experiencia de estar en un salón de clases, sin embargo, implica una inversión que resulta inasequible para muchas familias, especialmente durante la crisis económica que atraviesa el país.

Además, hay hogares en los que no hay espacio suficiente. Imaginemos una casa de Infonavit, con un par de cuartos, en los que vive una familia de cuatro personas (papá, mamá y dos hijos), el padre y la madre trabajan desde casa, mientras los niños estudian, todo en una sala en la que apenas caben.

Hace algunos días, al llegar al Palacio Municipal, me abordó una señora que me comentó que no tenía como brindarles el acceso a la educación a sus hijos, ya que no contaba con televisión, radio, computadora ni Internet.

Ese es el panorama que viven muchos connacionales, sin embargo, no quiero decir con esto que estamos ante una situación de desventaja sin precedentes en el tema educativo, es importante señalar que el acceso a la educación nunca ha sido fácil para gran parte de los mexicanos.

Según datos de la Unicef, “en México, más de cuatro millones de niños, niñas y adolescentes no asisten a la escuela, mientras que 600 mil más están en riesgo de dejarla por diversos factores como la falta de recursos, la lejanía de las escuelas y la violencia”.

Dicha organización también señala que “en México, uno de cada 10 niños que habla una lengua indígena, no asiste regularmente a la escuela”, situación provocada por la desigualdad social, entre otros factores.

En el informe “Principales cifras del sistema educativo nacional 2018-2019”, de la Secretaría de Educación Pública (SEP), se revela que en estados como Chiapas, sólo el 10 por ciento de los niños que cursan la primaria, logran terminar una carrera universitaria, aunque en Baja California esa cifra es del 26 por ciento.

El analfabetismo en México, hasta el último informe emitido por la SEP, es del cuatro por ciento, es decir, en el país hay más de cinco millones de personas, mayores de 15 años, que no saben ni leer ni escribir un recado.

En mi caso puedo decir que viví la niñez y adolescencia sin tener una escuela a kilómetros a la redonda, por lo que fui educado en casa por algún periodo, y después fue de manera autodidacta mi aprendizaje de nivel básico.

Cabe señalar que tampoco tenía computadora o Internet, por lo que la lectura de libros en físico y enciclopedias (en su mayoría era material que ya había desechado alguna otra persona), era el método que utilizaba para acceder al conocimiento.

Fue cuando estaba por cumplir la mayoría de edad que validé esos estudios con el examen diagnóstico del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, mismo que aprobé satisfactoriamente y recibí los certificados de Primaria y Secundaria.

Con dichos documentos ingresé a la preparatoria técnica, para lo cual debía caminar alrededor de media hora de mi casa a la parada del camión más cercana, por un camino de tierra; en invierno con la lluvia, sobre el lodo, y en verano bajo el rayo del sol abrasador. Y lo mismo para la universidad.

Sin embargo, puedo decir que todo eso y más, valió la pena. ¡Mucha suerte, ánimo y fuerza en este inicio de ciclo escolar!

Joatam de Basabe es comunicólogo y periodista, con más de una década de trayectoria en los medios de comunicación (radio, periódico, televisión e Internet). Actualmente es secretario de la Asociación de Periodistas de Ensenada y reportero de Televisa Californias. 

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