Saturno, el sexto planeta del Sistema de Solar, tiene 20 satélites que hasta ahora se desconocían, lo que eleva a 82 el número de los que orbitan este planeta y con lo que quita la supremacía a Júpiter y sus 79 lunas. El anuncio del descubrimiento de los nuevos satélites se hizo este lunes por el Centro de Planetas Menores, dependiente de la Unión Astronómica Internacional (UAI), después de que el telescopio Subaru, ubicado en la cima del monte Mauna Kea en Hawái (Estados Unidos), realizara el descubrimiento. Los recién llegados son satélites pequeños con una media de cinco kilómetros de diámetro, de los que 17 orbitan Saturno hacia atrás, es decir, en sentido contrario hacia el que gira el planeta sobre su eje, y el resto en el mismo.
“El estudio de las órbitas de estas lunas puede revelar sus orígenes, así como proporcionar información sobre las condiciones que rodeaban a Saturno en el momento de su formación”, explicó Scott Shepppard, director del equipo que realizó el descubrimiento. Las lunas más cercanas a Saturno y que giran en su misma dirección, tardan dos años en orbitar el planeta, mientras que la más lejana tarda más de tres años con su movimiento contrario. Los expertos no descartan que todos estos satélites sean fragmentos de lo que en algún momento fueron lunas de mayor tamaño, según un comunicado del Instituto Carnegie de Washington. De hecho, según Sheppard, “este tipo de agrupaciones de lunas exteriores también se ven alrededor de Júpiter, indicando colisiones violentas entre lunas en el sistema de Saturno o con objetos exteriores tales como asteroides o cometas”.
Cuando el Sistema Solar era joven, el Sol estaba rodeado de un disco giratorio de gas y polvo del que nacieron los planetas. Se cree -agregó el experto- que una estructura similar “rodeó Saturno durante su formación”. El hecho de que esta nuevas lunas fueran capaces de seguir orbitando Saturno una vez que los satélites mayores de los que procedían se rompieran indica que esas colisiones ocurrieron después de que el proceso de formación del planeta estuviera casi completo y los discos que caracterizan al planeta no tuvieran influencia, señala el comunicado. Ahora falta que las nuevas 20 lunas descubiertas sean bautizadas. En este sentido, los investigadores han decidido implicar, una vez más, al público en la elección del nombre para estos satélites recién conocidos, con la condición de que estos hagan referencia a gigantes de la mitología nórdica, gala o inuit.