Por Erik Galván
Playas de Rosarito, 2 de noviembre de 2021.- En busca de que sus tradiciones no se pierdan, la comunidad Purépecha en Rosarito acude a adornar las tumbas de sus difuntos familiares para recibirlos durante la noche y madrugada.
Apenas se empieza a ocultar el sol y ellos ya han comenzado con los trabajos de adornos, cortan flor por flor buscando siempre la que mejor luzca, colocan veladoras que alumbren en el camino a sus difuntos, colocan a pie de tierra y tumba una ofrenda de lo que más le gustaba en vida a su familiar, así es la tradición purépecha que por los años sigue perdurando entre la comunidad.
“Nosotros cada 2 de noviembre volvemos a recordar a nuestros seres queridos, realmente para nosotros no se olvida, sino que los volvemos a recordar, cada año cerca del 2 de noviembre, tres días antes nosotros empezamos a alistarnos con nuestros altares, realizamos nuestro pan en hornos de barro, nos vamos preparando para recibir y darles la bienvenida el 2 de noviembre”. –Ivvone Justo, comunidad Purépecha.
Aunque son pocos en Rosarito quienes llevan a cabo esta tradición, la belleza de sus altares y dedicación que le ponen a cada detalle los hace lucir entre la oscuridad, lo importante es seguir haciéndolo para recibir a sus difuntos, así como inculcar la cultura entre los más pequeños de la familia.
“Cada año venimos a las tumbas de nuestros fieles difuntos, venimos a decorarles, venimos a hacerles su arco, que es más que nada el simbolismo entre la vida y la muerte, los decoramos con las flores que son luz, les ponemos calaveritas de azúcar, su fruta, panes elaborados por las manos artesanas, es una tradición mágica desde que yo voy y busco la flor, porque en esta ocasión es en honor a mi papá”. –Ivvone Justo, comunidad Purépecha.
Una leyenda purépecha dice que, al morir las almas vuelan como mariposas monarcas hasta la isla de Janitzio y solo se necesita abrir el corazón para que, al atravesar en lancha se pueda ver las almas dibujarse entre las aguas del rio de Pátzcuaro.
No solo miembros de la comunidad purépecha, también familias Rosaritenses acuden desde una noche anterior a adornar las tumbas, colocando veladoras y flores de cempasúchil, algunos por años, otros que han perdido un familiar este año y acuden por primera vez al panteón, tal él es caso de la señora María, quien tiene sepultados a 4 familiares, ella y toda la familia se reúne para adornar las tumbas y convivir mientras llegan sus difuntos.
“Como a mi papa le gustaba la cerveza, el cigarro, las tortillas de harina, su café, sus dulces, de mi mamá no puedo decir mucho porque se nos fue muy joven y mi sobrino lo que es su cereal y la niña mía apenas tenía 3 meses, así que sus mamilas, nosotros pensamos que ellos llegan a las doce de la noche, aquí nos estamos esperando, por ejemplo, le prendemos un cigarro, si lo consume rápido decimos que ya está aquí mi apá”. –Señora María Engracia Estrella.
Las familias piden solo una cosa, que se respete los adornos que se han instalado con mucho cariño y dedicación, pues son para sus seres queridos que viajan del más allá para convivir un día por año con sus familiares aquí en la tierra.
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