Hábitos como la limpieza e hidratación diaria o una oportuna exfoliación, son esenciales para el aspecto y salud de la piel, pero para un cuidado integral de ésta, es imprescindible una buena alimentación.
1. Hidratarse
Hay varios elementos a considerar y uno de los más importantes es básico: la hidratación. El consumo de dos a tres litros de agua al día es un aporte esencial para la regeneración y elasticidad de los tejidos de la piel, además de ser determinante para prevenir los signos de envejecimiento y acelerar el metabolismo celular.
Tal como explica la health coach y nutricionista de la Universidad del Desarrollo, Camila Quevedo, “la salud de la piel comienza desde adentro”.
2. Alimentación y estilo de vida saludable
Llevar un estilo de vida saludable es fundamental para mantener una piel sana. El ejercicio diario, los buenos hábitos de sueño y la alimentación son determinantes, y en este último punto es importante tener en consideración algunos elementos.
a. Alimentos antiinflamatorios
Camila explica: “Debemos mantener un estilo de vida antiinflamatorio: ingerir grasas saludables (como omega 3), proteínas para reparar nuestras células y antioxidantes para detener y neutralizar la oxidación acelerada que provoca el envejecimiento prematuro.”
b. Alimentos antioxidantes
El dermatólogo de la Universidad de Chile, Juan Honeyman, es uno de los médicos que más ha estudiado la relación entre la nutrición y la piel en nuestro país. Según él plantea, algunos de los alimentos que hay que considerar por su aporte de antioxidantes son los espárragos, la espinaca, los champiñones, el pulpo y el ajo, entre otros; ya que además aportan a la fotoprotección de la piel, algo esencial considerando que la radiación UV es una de las causales fundamentales de daño y envejecimiento prematuro.
Con respecto a las frutas, los berries son uno de los ejemplos más destacables en este respecto: “Son ricos en antioxidantes, lo que ayuda a detener el envejecimiento acelerado de las células; además aportan vitamina c, precursor de la elastina y el colágeno”, comenta la nutricionista Camila Quevedo. La dermatóloga Pilar Bofill, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes, agrega: “Otros alimentos con capacidad antioxidante son las uvas, granadas, legumbres -que tienen propiedades protectoras de las células-, al igual que los pescados, especialmente algunos como el salmón, sardina o caballa, además de todos los aceites esenciales y granos”.
c. Alimentos que hay que evitar
Además de aquellos alimentos que aportan a tener una piel saludable, también hay algunos que pueden ser dañinos. Claudia Moreno, dermatóloga de la Clínica Indisa, explica cuáles se deben evitar: “En general, los alimentos con alto índice glicémico, los que contienen azúcar procesada y el exceso de lácteos, ya que inducen el aumento de producción de grasa en la piel”.
Se consideran alimentos con alto índice glicémico aquellos que elevan rápidamente el azúcar en la sangre: “Estos contribuyen a una situación de inflamación sistémica”, explica la doctora Bofill, “lo que se relaciona con agravación de acné y cuadros similares, además del aumento en otras manifestaciones como grasitud, sudoración o eventualmente mal olor axilar”. La especialista agrega: “para eso es necesario evitar azúcares y harinas refinadas, además de alimentos procesados”.
d. Consejos
Algunos tips que pueden ser útiles para mejorar nuestros hábitos alimenticios relacionados con la piel son:
– Cambiar el café por té verde
– Priorizar proteínas como pescados y huevos
– Evitar el alcohol
– En lo posible, consumir frutas y verduras de origen orgánico
– Elegir el consumo de agua en vez de bebidas o jugos artificiales
– Privilegiar los alimentos naturales, frescos y de estación.
Rosario Grez es periodista, locutora radial y cosmetóloga. Después de años obsesionada con el cuidado de su piel, investigando y probando distintos productos, decidió estudiar lo que ya se había transformado una pasión en su vida: cosmetología.