De qué voy a vivir, expresó ella —con la angustia reflejada en el rostro— mientras me despechaba los productos, recién encarecidos, ante la creciente ola de rumores que se dejaban verter en el ánimo del comercio informal, ya por la pérdida de competitividad del peso frente al dólar, ya por la baja en los precios de la mezcla mexicana.
El precio de la gasolina a la baja y el costo de los productos en el mercado informal, tiendas de conveniencia y súper mercados al alza, esto último motivado por las compras de pánico y la determinación de las autoridades sanitarias de recomendar el autoconfinamiento.
Lo cierto, y habrá que resaltarlo, que en sexenios anteriores también el precio del crudo se derrumbó, después de la bonanza petrolera en tiempos del foxismo, y el costo de los combustibles en lugar de disminuir éstos se incrementaban sin que la explicación oficial pudiera satisfacer a los ánimos, sólo los ánimos, de más de un inconforme.
Si siguieran gobernando los de siempre es muy probable que los costos de los combustibles, en lugar de estar por debajo de los 14 pesos, como se ubican en algunos puntos de la República Mexicana, estuvieran cercanos a los 28 pesos. No es necesario ser expertos en economía o políticas públicas.
En otro orden de ideas, mientras las autoridades sanitarias recomiendan a la población mantenerse en confinamiento preventivo, el titular del ejecutivo federal exhorta a la población “puede seguir haciendo una vida normal”, “No hacemos nada bueno, no ayudamos si nos paralizamos “sin ton ni son”, de manera exagerada”, según reporta El Universal.
En este punto debemos observar los siguientes considerandos ante el avance del COVID-19 y sus consecuencias en los países de mayor incidencia:
1.- China, debido a la densidad de población y a su sistema de salud que dio por sentado e ignoró los casos de COVID-19, atendiendo la pandemia como si se tratara de casos de influenza como al H1N1.
2.- Italia, como gran parte de los países europeos —que se están quedando sin niños— con una población mayoritaria de personas de la tercera edad, sector altamente vulnerable ante los embates del COVID-19.
3.- España, con una densidad de población alta, en comparación con México, con medidas sanitarias paupérrimas y una lenta respuesta gubernamental ante la contingencia.
4.- Estados Unidos de Norteamérica, el acceso al sistema de salud es un privilegio. La mayoría de las coberturas de las aseguradoras no tienen o no consideran los brotes epidemiológicos, al menos que se contemple dentro del plan adquirido.
Algo se está haciendo bien en este país, considerando el número de decesos, 2 —hasta el cierre de esta edición—, a pesar de que un gran número de ciudadanos que no acata las recomendaciones mínimas estipuladas por las autoridades sanitarias: ya en la playa, ya en centros vacacionales.
Parafraseando a Shakespeare: salir o morir, he ahí el dilema…
Resultados y respuesta gubernamental, a pesar de la ola de terror que se propaga a través de los medios de comunicación, minuto tras minuto, hora, tras hora; emisión tras emisión; artistas de determinada casa televisora, infectados; que le reclaman al presidente de la República tomar acciones “urgentes”, la voracidad febril del FMI para soltar una bolsa de préstamos emergentes a los gobiernos de los países que así lo soliciten, la caída del precio del crudo, la declarada pandemia y los días negros de las bolsas de valores en el orbe.
Lo cierto es lo incierto: por un lado la inacción gubernamental que se traduce para algunos en la falta de capacidad para tomar los fondos emergentes del FMI, aumentar la deuda externa o simplemente desviar los capitales a paraísos fiscales; por el otro, la falta de insumos en los hospitales del sector salud, justo reclamo de los trabajadores quienes se exponen en la primera línea de acción, frente a una declarada pandemia ante ciudadanos que le juegan al valiente, exponiéndose y arriesgando la salud de las personas con quienes conviven.
Las recomendaciones sanitarias emitidas por las autoridades del ramo, deben permear por siempre en la cultura de la prevención, y no sólo en tiempos de pandemónium.
Las consecuencias de hoy es el resultado del lastre cultural que arrastramos desde décadas atrás; es la desconfianza de un mexicano valentón, que le hace caso a rumores, propaga información falsa y toma como serio la ironía; lo chusco lo vuelve viral, al igual que lo superfluo, incapaz de aplicar un criterio basado en certezas, le da por las supersticiones, rechazando lo veraz y lo oportuno.
Es ésta ocasión y no para después, la respuesta necesaria y urgente de un pueblo que traza su destino ante el derrotero del infortunio, el negro presagio y las ambiciones de más de uno que se cree depositario de conocimientos científicos y ancestrales; y de chamanes, que sólo engañan en la medida de sus intereses con la plegaria callada a sus demonios para que el país sucumba y ellos sean erigidos como los eternos adalides del “se los dije” que nada resuelve, pero bien que hacen mella en el ánimo de quien trabaja el día a día.
Quiero resaltar en esta entrega la iniciativa de un negocio ubicado en la frontera, que por “motu proprio” ha decidido dotar a la población, que así lo solicite, del llenado de dos garrafones de agua por familia, sin costo. Son estas acciones, y no el encono, dignas de aplaudirse.
Concluyo con la decisión del legislativo de llevar a juicio político a Rosario Robles, cuya sonrisa ha sido apagada con los años de inhabilitación en la función pública. La otrora Súper-Secretaria de Estado ha sucumbido ante la aplanadora de MORENA, y sólo pudo expresar: “Del tamaño de su atropello es el odio y el miedo que me tienen”. Los pasos y la risa estrambótica de Robles, ha dejado de escucharse en los pasillos de las salas de redacción; ahí sí, causó miedo y probablemente más de un atropello.
¡Sí puede, quédese en casa!
Los méritos pueden ser de unos cuantos; la responsabilidad, de todos.