Recientemente, a través de un documento, los maestros de bachillerato han solicitado una urgente reunión con el senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, la JUCOPO.
En ese documento resalta la importancia de escuchar a los maestros en su petición de una reunión formal de trabajo, con la finalidad de externarle las problemáticas que se presentan en el sector educativo e instalar mesas de diálogo y trabajo que las resuelvan en el marco del derecho, así como darle a conocer las inquietudes y planteamientos que los maestros consideren de suma importancia atender en la educación media superior y superior descentralizada del país. Firman la petición los secretarios generales que conforman la Federación Nacional de Sindicatos de Colegios de Bachilleres, FNSCB.
La finalidad de solicitar audiencia con el senador Monreal es la de iniciar el diálogo sobre los temas más apremiantes para el sector en educación media superior. Con el compromiso presente de defender los derechos laborales y la mejora continua de las condiciones generales de trabajo.
Los maestros de bachilleres merecen y deben ser atendidos en sus demandas laborales, principalmente en lo que se refiere a salarios y prestaciones, y en las que se han comprometido las autoridades federales.
La desaparición de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros, USICAMM, prevé una disposición de las autoridades educativas para la creación de un nuevo sistema de desarrollo profesional docente que permita la designación de plazas y promoción de forma, ágil, eficaz y transparente, ajeno a cualquier acto de corrupción.
El SPCOBACH está listo para colaborar en la construcción, siempre priorizando la justicia laboral y el respeto a la trayectoria de los docentes. Así lo manifestó el secretario general del SPCOBACH, el ingeniero Eric Garibo Cárdenas, en días pasados.
Los maestros merecen ser atendidos y, sobre todo, valorados por las autoridades educativas en su justa dimensión para la construcción de la cultura de la paz y la justicia.
Algo están haciendo mal las autoridades educativas al restarle valor al rol docente dentro de las aulas. El impacto de la violencia en la vida cotidiana de todos los ciudadanos puede tener su origen en el sistema educativo que no responde a la dimensión integral del educando y su entorno.
El consumo de sustancias adictivas, el flagelo de la violencia y la muerte, la desintegración del núcleo familiar y el bajo rendimiento académico no pueden esperar la prolongación de una respuesta que debe ser inmediata. Sin embargo, tal parece que quienes diseñan los programas y planes de estudio no consideran el contexto que se vive hoy en cada centro educativo, en cada aula y en el hogar de los estudiantes del país.
La voz silenciosa del docente parece extinguirse en el vaivén de los compromisos políticos, en los enredos de la planeación curricular y en la omisión gubernamental de planes que no responden de ninguna manera a las problemáticas particulares de cada centro escolar.
No sólo se trata de prohibir los alimentos chatarra, se trata de responder a las exigencias propias de la educación que parece intrascendente en la burocracia mexicana.
La eliminación de un organismo como la USICAMM demuestra que no respondió como se esperaba, la implementación de un nuevo mecanismo o instrumento evidencia la disposición gubernamental de cambiar lo que hace falta transformar.
Ojalá y también se responda a cada planteamiento del docente que se encuentra en el frente de la batalla por la educación.
En otro orden de ideas, la iglesia católica ha levantado la voz por el artero asesinato del padre Marcelo Pérez. ¿Cuántos más como el padre Marcelo? Dice la editorial del portal Desde la fe.
La iglesia lamenta el derramamiento de sangre de los sacerdotes asesinados en el país, y sobre todo del flagelo que implica la violencia en todo el territorio nacional. “Queremos una lucha conjunta por la paz y la justicia”, reza el documento.
Para concluir con esta entrega quiero insistir en la urgente necesidad de restablecer la circulación en las cumbres de Maltrata, en la autopista Orizaba – Puebla – CDMX. Las rutas alternas para estos destinos se encuentran completamente colapsadas y el tránsito vehicular se hace imposible, ante la cantidad de unidades que necesitan circular por la zona.
La Secretaría de Comunicaciones y Transporte, a través de CAPUFE, debe tener un plan de contingencia ante estas eventualidades, un plan, proyecto o programa de prevención de derrumbes. No es la primera vez que pasa, tampoco será el último evento que se registrará en el deteriorado sistema de carreteras del país.
Prevención, acción y reconstrucción inmediata. Si Japón puede levantar un puente en dos semanas, los mexicanos también pueden, si se lo proponen.